" LO QUE COMENZÓ COMO UNA CUENTA DE INSTAGRAM DONDE COMPARTIR RECETAS, FUE EVOLUCIONANDO POCO A POCO CONVIRTIÉNDOSE EN LO QUE EATING PATTERNS ES A DÍA DE HOY. UN ESTUDIO CREATIVO QUE EXPLORA LA INTERSECCIÓN DE LA COMIDA Y EL DISEÑO. "
E l camino hacia la búsqueda de nuestro Ikigai surge muchas veces tras la combinación de varios factores: inquietudes, pasión y experiencias. Así es precisamente como nace Eating Patterns, el proyecto personal de Vega Hernando. Un viaje que nace en 2016 con el único objetivo de unir su amor por la cocina y la gastronomía a su experiencia como diseñadora de moda y textil. Hoy tenemos la oportunidad de conocer más en profundidad un espacio vital tan fascinante como creativo.
IKIGAI MAGAZINE: ¿Qué es exactamente Eating Patterns y cómo nace?
V.H: Eating Patterns empezó en 2016 como un proyecto personal con el que quería compartir lo que más me gusta de la cocina a través de mi experiencia en el diseño gráfico y textil. De una forma en un principio un poco naif, di con un modo de comunicar todo eso a través de unas imágenes que hacía yo misma e iba subiendo a una cuenta de Instagram. Resultó que a la gente le gustaba y fui creando un lenguaje propio. Poco a poco el proyecto fue creciendo, comencé a tener encargos con marcas y me di cuenta que había todo un mundo por explorar en ese espacio entre diseño y gastronomía en el que quería estar.
Al final los conocimientos que había ido adquiriendo por mi cuenta me servían para resolver necesidades de clientes y trabajar en proyectos muy variados y con gente súper interesante.
"Una cosa llevó a la otra y a día de hoy Eating Patterns funciona como un estudio de creatividad gastronómica, ofrecemos servicios relacionados con la creación de contenido audiovisual y el diseño de experiencias como caterings o workshops, aunque esta última parte la tenemos un poco parada desde el último año".
IKIGAI MAGAZINE: ¿Cual es tu background? ¿Crees que tu formación ha sido clave para llegar a desarrollar tu proyecto?
V.H: Estudié diseño de moda y me especialicé en textil, trabajé varios años haciendo estampados para marcas de ropa, pero reconozco que me quemé rápido de ese mundo y cuando creé Eating Patterns de alguna forma buscaba un cambio de rumbo. Evidentemente hay una parte de mi formación relacionada con la estética, la dirección de arte, el diseño o el proceso creativo que sí aplico a lo que hago hoy en día, pero todo lo que tiene que ver con fotografía e incluso con cocina lo he ido aprendiendo sobre la marcha. También lo que implica llevar un estudio, a nivel de gestión de proyectos y equipo.
IKIGAI MAGAZINE: ¿Qué proyectos desarrollas habitualmente dentro de Eating Patterns?
V.H: Una de las cosas que más me gusta de mi trabajo es que siempre tenemos varias cosas abiertas a la vez. Cada proyecto es un reto y cuando no tenemos encargos se nos ocurre alguna colaboración con alguien que nos gusta o me pongo a crear recetas y contenido propio para la cuenta de Instagram. Como decía, la parte relacionada con experiencias decidimos ponerla en standby hasta que se puedan volver a hacer eventos, pero tenemos habitualmente sesiones de fotos o vídeo donde realizamos recetas y campañas para nuestros clientes. Para mi es súper importante dedicar un tiempo a hacer proyectos de carácter más personal porque es la manera de crecer creativamente y explorar campos diferentes, llevándote muchas veces a nuevas oportunidades de trabajo. Por ejemplo, hace un par de años convencí a Anne Roig (amiga y fotógrafa con la que trabajo a menudo) para autoeditar una pequeña revista de recetas porque tenía ganas de salir del mundo digital y probar el papel. Al final eso nos llevó a publicar ‘Eat!’, el libro que sacamos el año pasado con Lunwerg y tener esa oportunidad ha sido una experiencia increíble.
IKIGAI MAGAZINE: ¿Cómo sueles inspirarte para desarrollar cada uno de tus trabajos?
V.H: Al principio me inspiraba en cosas relativamente sencillas como una época del año, un viaje o las frutas y verduras en sí, veía algo que me gustaba en el mercado y me ponía a pensar en qué receta y composición podía crear con ello. Últimamente me hace ilusión crear imágenes inspiradas en universos estéticos de películas o referentes un poco más abstractos, pensar más en el concepto detrás de las imágenes y utilizar la comida como lenguaje para comunicar otras cosas. En cuanto a proyectos con clientes el proceso creativo es algo que no sale tanto de la inspiración si no que se trabaja muchísimo, planteando referentes y esbozos hasta encontrar la idea perfecta que transmita lo que buscan.
IKIGAI MAGAZINE: Si tuvieras que definir Eating Patterns con tres palabras o adjetivos, ¿Cuales serían?
V.H: Creatividad, aprendizaje… ¿apetitoso?
IKIGAI MAGAZINE: ¿Que recuerdas de tus inicios dentro del proyecto? ¿Encontraste muchos obstáculos?
V.H: Sin duda lo más difícil vino cuando me di cuenta de que existía una posibilidad de monetizar mi proyecto personal, visualizar todo aquello e ir a por ello. Yo ya era autónoma, pero fui dejando mis clientes de textil fijos para poder ocuparme de encargos más puntuales y la inseguridad de ingresos al principio me agobiaba. Tenía muy poca experiencia en creación de presupuestos y a veces me pillaba los dedos, también es muy difícil ponerte precio y convencer a quién te paga de que eso es lo que vale, es una cuestión de seguridad que se va aprendiendo. Por lo demás la verdad es que tuve muchísima suerte, siempre me he sentido muy apoyada y reconocida, tanto por mi familia y amigos como por la gente que me conocía por Instagram y me contactaba, motiva mucho que alguien apueste por ti y te de oportunidades cuando estás empezando.
IKIGAI MAGAZINE: ¿Consideras que has encontrado tu IKIGAI o propósito de vida? Aquello por lo que levantarte ilusionada cada mañana. Si es así, ¿Cual crees que ha sido la clave para poder encontrarlo?
V.H: No sé si podría decir que este es mi propósito vital pero sí que he conseguido un equilibrio entre vida profesional y laboral que me funciona. Eso no quiere decir que no trabaje mucho, a veces demasiado, pero me hace sentir muy realizada y la verdad es que disfruto con cada proyecto y con la gente con la que colaboro. Al final todos tenemos que ser honestos con nuestra manera de ser y yo soy una persona que prioriza la ilusión y la libertad creativa a la estabilidad u otras comodidades. En ese sentido sí que he encontrado mi sitio, al menos por el momento. Quizás la clave, aunque suene muy utópico, es hacer cosas que realmente salgan de ti con toda la honestidad, y sobre todo ser muy perseverante con tus objetivos.
Fotografías: Anne Roig / Eating Patterns Studio
" LO QUE COMENZÓ COMO UNA CUENTA DE INSTAGRAM DONDE COMPARTIR RECETAS, FUE EVOLUCIONANDO POCO A POCO CONVIRTIÉNDOSE EN LO QUE EATING PATTERNS ES A DÍA DE HOY. UN ESTUDIO CREATIVO QUE EXPLORA LA INTERSECCIÓN DE LA COMIDA Y EL DISEÑO. "
E l camino hacia la búsqueda de nuestro Ikigai surge muchas veces tras la combinación de varios factores: inquietudes, pasión y experiencias. Así es precisamente como nace Eating Patterns, el proyecto personal de Vega Hernando. Un viaje que nace en 2016 con el único objetivo de unir su amor por la cocina y la gastronomía a su experiencia como diseñadora de moda y textil. Hoy tenemos la oportunidad de conocer más en profundidad un espacio vital tan fascinante como creativo.
IKIGAI MAGAZINE: ¿Qué es exactamente Eating Patterns y cómo nace?
V.H: Eating Patterns empezó en 2016 como un proyecto personal con el que quería compartir lo que más me gusta de la cocina a través de mi experiencia en el diseño gráfico y textil. De una forma en un principio un poco naif, di con un modo de comunicar todo eso a través de unas imágenes que hacía yo misma e iba subiendo a una cuenta de Instagram. Resultó que a la gente le gustaba y fui creando un lenguaje propio. Poco a poco el proyecto fue creciendo, comencé a tener encargos con marcas y me di cuenta que había todo un mundo por explorar en ese espacio entre diseño y gastronomía en el que quería estar.
Al final los conocimientos que había ido adquiriendo por mi cuenta me servían para resolver necesidades de clientes y trabajar en proyectos muy variados y con gente súper interesante.
"Una cosa llevó a la otra y a día de hoy Eating Patterns funciona como un estudio de creatividad gastronómica, ofrecemos servicios relacionados con la creación de contenido audiovisual y el diseño de experiencias como caterings o workshops, aunque esta última parte la tenemos un poco parada desde el último año".
IKIGAI MAGAZINE: ¿Cual es tu background? ¿Crees que tu formación ha sido clave para llegar a desarrollar tu proyecto?
V.H: Estudié diseño de moda y me especialicé en textil, trabajé varios años haciendo estampados para marcas de ropa, pero reconozco que me quemé rápido de ese mundo y cuando creé Eating Patterns de alguna forma buscaba un cambio de rumbo. Evidentemente hay una parte de mi formación relacionada con la estética, la dirección de arte, el diseño o el proceso creativo que sí aplico a lo que hago hoy en día, pero todo lo que tiene que ver con fotografía e incluso con cocina lo he ido aprendiendo sobre la marcha. También lo que implica llevar un estudio, a nivel de gestión de proyectos y equipo.
IKIGAI MAGAZINE: ¿Qué proyectos desarrollas habitualmente dentro de Eating Patterns?
V.H: Una de las cosas que más me gusta de mi trabajo es que siempre tenemos varias cosas abiertas a la vez. Cada proyecto es un reto y cuando no tenemos encargos se nos ocurre alguna colaboración con alguien que nos gusta o me pongo a crear recetas y contenido propio para la cuenta de Instagram. Como decía, la parte relacionada con experiencias decidimos ponerla en standby hasta que se puedan volver a hacer eventos, pero tenemos habitualmente sesiones de fotos o vídeo donde realizamos recetas y campañas para nuestros clientes. Para mi es súper importante dedicar un tiempo a hacer proyectos de carácter más personal porque es la manera de crecer creativamente y explorar campos diferentes, llevándote muchas veces a nuevas oportunidades de trabajo. Por ejemplo, hace un par de años convencí a Anne Roig (amiga y fotógrafa con la que trabajo a menudo) para autoeditar una pequeña revista de recetas porque tenía ganas de salir del mundo digital y probar el papel. Al final eso nos llevó a publicar ‘Eat!’, el libro que sacamos el año pasado con Lunwerg y tener esa oportunidad ha sido una experiencia increíble.
IKIGAI MAGAZINE: ¿Cómo sueles inspirarte para desarrollar cada uno de tus trabajos?
V.H: Al principio me inspiraba en cosas relativamente sencillas como una época del año, un viaje o las frutas y verduras en sí, veía algo que me gustaba en el mercado y me ponía a pensar en qué receta y composición podía crear con ello. Últimamente me hace ilusión crear imágenes inspiradas en universos estéticos de películas o referentes un poco más abstractos, pensar más en el concepto detrás de las imágenes y utilizar la comida como lenguaje para comunicar otras cosas. En cuanto a proyectos con clientes el proceso creativo es algo que no sale tanto de la inspiración si no que se trabaja muchísimo, planteando referentes y esbozos hasta encontrar la idea perfecta que transmita lo que buscan.
IKIGAI MAGAZINE: Si tuvieras que definir Eating Patterns con tres palabras o adjetivos, ¿Cuales serían?
V.H: Creatividad, aprendizaje… ¿apetitoso?
IKIGAI MAGAZINE: ¿Que recuerdas de tus inicios dentro del proyecto? ¿Encontraste muchos obstáculos?
V.H: Sin duda lo más difícil vino cuando me di cuenta de que existía una posibilidad de monetizar mi proyecto personal, visualizar todo aquello e ir a por ello. Yo ya era autónoma, pero fui dejando mis clientes de textil fijos para poder ocuparme de encargos más puntuales y la inseguridad de ingresos al principio me agobiaba. Tenía muy poca experiencia en creación de presupuestos y a veces me pillaba los dedos, también es muy difícil ponerte precio y convencer a quién te paga de que eso es lo que vale, es una cuestión de seguridad que se va aprendiendo. Por lo demás la verdad es que tuve muchísima suerte, siempre me he sentido muy apoyada y reconocida, tanto por mi familia y amigos como por la gente que me conocía por Instagram y me contactaba, motiva mucho que alguien apueste por ti y te de oportunidades cuando estás empezando.
IKIGAI MAGAZINE: ¿Consideras que has encontrado tu IKIGAI o propósito de vida? Aquello por lo que levantarte ilusionada cada mañana. Si es así, ¿Cual crees que ha sido la clave para poder encontrarlo?
V.H: No sé si podría decir que este es mi propósito vital pero sí que he conseguido un equilibrio entre vida profesional y laboral que me funciona. Eso no quiere decir que no trabaje mucho, a veces demasiado, pero me hace sentir muy realizada y la verdad es que disfruto con cada proyecto y con la gente con la que colaboro. Al final todos tenemos que ser honestos con nuestra manera de ser y yo soy una persona que prioriza la ilusión y la libertad creativa a la estabilidad u otras comodidades. En ese sentido sí que he encontrado mi sitio, al menos por el momento. Quizás la clave, aunque suene muy utópico, es hacer cosas que realmente salgan de ti con toda la honestidad, y sobre todo ser muy perseverante con tus objetivos.
Fotografías: Anne Roig / Eating Patterns Studio