" SOY UNA ROMÁNTICA Y UNA DEFENSORA APASIONADA DE LA SENCILLA VIDA DE CAMPO, PERO, COMO ARTISTA CONTEMPORÁNEA, TAMBIÉN NECESITO LAS CONEXIONES PERSONALES Y LOS EVENTOS CULTURALES QUE ALIMENTAN MI PRÁCTICA ARTÍSTICA. "
A unque a veces podríamos pensar que solo hay lugar para el arte contemporáneo en el corazón de las grandes capitales globales, pueden generarse espacios únicos para la creación artística en los rincones más insospechados. La artista gallega Iria do Castelo defiende con firmeza esa idea desde el oasis creativo que ha construido poco a poco en una diminuta aldea no muy lejos de La Coruña. Hoy nos ha abierto las puertas de Castelo Studio para contarnos su historia.
“Castelo Studio nació con el propósito de convertirse en un espacio abierto y sostenible de intercambio y diálogo en medio de la naturaleza, un estudio que opera desde el bosque y acoge a creativos y creativas de distintas culturas y disciplinas.”, nos explica Iria. “La idea creció de manera muy orgánica en paralelo a mi desarrollo como artista: yo trabajo con diferentes disciplinas que van de la escultura al grabado, la ilustración o la instalación, y a menudo realizaba residencias en otros países. En ellas conocía a otros artistas que después venían a visitarme a Galicia para conocer mi espacio y para desarrollar proyectos juntos. Así fueron surgiendo los primeros eventos relacionados con el arte en este privilegiado entorno rural, sesiones que aunaban aprendizaje y encuentros y que iban acompañadas de buena música, ricas comidas y cerveza artesana de producción local. Pronto pasamos de un formato anual al actual, que tiene carácter permanente.”
Gracias a las redes sociales, cada vez más personas se ponían en contacto con Iria para impartir talleres, organizar actividades, ayudar con la gestión del estudio o simplemente trabajar en él. A día de hoy, se ofrecen estancias para artistas, diseñadores y creativos de distintas disciplinas (música, ilustración, escultura, escritura, fotografía, etc.) que deseen disfrutar de una residencia artística en el norte de España. Personas de diferentes nacionalidades conviven en la intimidad de un entorno rural que les ofrece el ambiente adecuado para centrarse plenamente en sus proyectos. “Las estancias me proporcionan un ambiente multicultural, inspirador y motivador, ya que puedo compartir espacio de trabajo con todas esas personas sin moverme de mi estudio privado”, manifiesta Iria. “Además, me permiten organizar diferentes eventos de los que todos disfrutamos, como talleres de arte y de puesta en valor de la vida en el campo, presentaciones de proyectos artísticos internacionales, conciertos y exposiciones.”
En los talleres de Castelo Studio tiene cabida casi todo, de la xilografía a la calcografía y la estampación textil, pero Iria siempre intenta mantener un cierto criterio de calidad y un alto grado de coherencia para que todas las actividades se ajusten a los valores con los que nació su proyecto. “Nuestros talleres tienen a menudo un carácter excepcional, ya que muchas de las personas que los imparten son referentes en su campo profesional que vienen a vivir una experiencia muy especial lejos de su entorno habitual. Artistas, artesanas y diseñadores con excelentes trayectorias son mis invitados durante un fin de semana en el que comparten su práctica en grupos reducidos”, nos cuenta la artista gallega. “Recibo muchas propuestas, pero otras veces soy yo quien me fijo en perfiles que me atraen; soy muy curiosa y me encanta aprender.”
De la unión del dibujo y la ilustración con el trabajo de otros profesionales, en Castelo Studio han nacido ya algunos libros ilustrados, campañas de comunicación y cartelería, portadas de discos, proyectos de ilustración editorial para prensa, e incluso varios procesos de diseño de marca para terceros. “Mi mayor reto es cómo gestionar mi trabajo personal como artista independiente al tiempo que saco adelante toda la actividad que Castelo Studio requiere”, nos confiesa Iria mientras paseamos por el huerto de su estudio. “Hasta ahora, he podido ocuparme de todo gracias a la colaboración de otros profesionales afines. Este es un proyecto totalmente independiente, autogestionado y autofinanciado por medio de las personas que, participando, lo hacen posible. Por suerte, contamos con una comunidad fiel y atenta que responde siempre que es necesario; fuimos capaces incluso de lanzar una beca de acogida para una artista ucraniana el año pasado.”
En cuanto al futuro, Iria nos dice que su idea es poder ampliar tanto los talleres de arte como los espacios de alojamiento para así poder mantener a lo largo del año una comunidad artística que pueda colaborar también en las labores de la granja. “Sería fantástico poder llegar algún día a la autosuficiencia alimentaria gracias a la producción de la finca, donde, además del huerto, tenemos frutales y un invernadero”, sonríe la artista. “Para que el proyecto crezca, debe hacerlo la comunidad —tanto la virtual como presencial —, y yo estoy segura de que será así.”
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: Jose Troitinho
" SOY UNA ROMÁNTICA Y UNA DEFENSORA APASIONADA DE LA SENCILLA VIDA DE CAMPO, PERO, COMO ARTISTA CONTEMPORÁNEA, TAMBIÉN NECESITO LAS CONEXIONES PERSONALES Y LOS EVENTOS CULTURALES QUE ALIMENTAN MI PRÁCTICA ARTÍSTICA. "
A unque a veces podríamos pensar que solo hay lugar para el arte contemporáneo en el corazón de las grandes capitales globales, pueden generarse espacios únicos para la creación artística en los rincones más insospechados. La artista gallega Iria do Castelo defiende con firmeza esa idea desde el oasis creativo que ha construido poco a poco en una diminuta aldea no muy lejos de La Coruña. Hoy nos ha abierto las puertas de Castelo Studio para contarnos su historia.
“Castelo Studio nació con el propósito de convertirse en un espacio abierto y sostenible de intercambio y diálogo en medio de la naturaleza, un estudio que opera desde el bosque y acoge a creativos y creativas de distintas culturas y disciplinas.”, nos explica Iria. “La idea creció de manera muy orgánica en paralelo a mi desarrollo como artista: yo trabajo con diferentes disciplinas que van de la escultura al grabado, la ilustración o la instalación, y a menudo realizaba residencias en otros países. En ellas conocía a otros artistas que después venían a visitarme a Galicia para conocer mi espacio y para desarrollar proyectos juntos. Así fueron surgiendo los primeros eventos relacionados con el arte en este privilegiado entorno rural, sesiones que aunaban aprendizaje y encuentros y que iban acompañadas de buena música, ricas comidas y cerveza artesana de producción local. Pronto pasamos de un formato anual al actual, que tiene carácter permanente.”
Gracias a las redes sociales, cada vez más personas se ponían en contacto con Iria para impartir talleres, organizar actividades, ayudar con la gestión del estudio o simplemente trabajar en él. A día de hoy, se ofrecen estancias para artistas, diseñadores y creativos de distintas disciplinas (música, ilustración, escultura, escritura, fotografía, etc.) que deseen disfrutar de una residencia artística en el norte de España. Personas de diferentes nacionalidades conviven en la intimidad de un entorno rural que les ofrece el ambiente adecuado para centrarse plenamente en sus proyectos. “Las estancias me proporcionan un ambiente multicultural, inspirador y motivador, ya que puedo compartir espacio de trabajo con todas esas personas sin moverme de mi estudio privado”, manifiesta Iria. “Además, me permiten organizar diferentes eventos de los que todos disfrutamos, como talleres de arte y de puesta en valor de la vida en el campo, presentaciones de proyectos artísticos internacionales, conciertos y exposiciones.”
En los talleres de Castelo Studio tiene cabida casi todo, de la xilografía a la calcografía y la estampación textil, pero Iria siempre intenta mantener un cierto criterio de calidad y un alto grado de coherencia para que todas las actividades se ajusten a los valores con los que nació su proyecto. “Nuestros talleres tienen a menudo un carácter excepcional, ya que muchas de las personas que los imparten son referentes en su campo profesional que vienen a vivir una experiencia muy especial lejos de su entorno habitual. Artistas, artesanas y diseñadores con excelentes trayectorias son mis invitados durante un fin de semana en el que comparten su práctica en grupos reducidos”, nos cuenta la artista gallega. “Recibo muchas propuestas, pero otras veces soy yo quien me fijo en perfiles que me atraen; soy muy curiosa y me encanta aprender.”
De la unión del dibujo y la ilustración con el trabajo de otros profesionales, en Castelo Studio han nacido ya algunos libros ilustrados, campañas de comunicación y cartelería, portadas de discos, proyectos de ilustración editorial para prensa, e incluso varios procesos de diseño de marca para terceros. “Mi mayor reto es cómo gestionar mi trabajo personal como artista independiente al tiempo que saco adelante toda la actividad que Castelo Studio requiere”, nos confiesa Iria mientras paseamos por el huerto de su estudio. “Hasta ahora, he podido ocuparme de todo gracias a la colaboración de otros profesionales afines. Este es un proyecto totalmente independiente, autogestionado y autofinanciado por medio de las personas que, participando, lo hacen posible. Por suerte, contamos con una comunidad fiel y atenta que responde siempre que es necesario; fuimos capaces incluso de lanzar una beca de acogida para una artista ucraniana el año pasado.”
En cuanto al futuro, Iria nos dice que su idea es poder ampliar tanto los talleres de arte como los espacios de alojamiento para así poder mantener a lo largo del año una comunidad artística que pueda colaborar también en las labores de la granja. “Sería fantástico poder llegar algún día a la autosuficiencia alimentaria gracias a la producción de la finca, donde, además del huerto, tenemos frutales y un invernadero”, sonríe la artista. “Para que el proyecto crezca, debe hacerlo la comunidad —tanto la virtual como presencial —, y yo estoy segura de que será así.”
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: Jose Troitinho