"LO MEJOR DEL KIOSKO ES QUE NO TIENE UNA PUERTA QUE HAYA QUE CRUZAR PARA VER LO QUE HAY DENTRO. TODO ESTÁ EXPUESTO Y A LA VISTA. Y ASÍ, ENSEÑANDO EL ARTE DEL COLECTIVO QUEER, PODEMOS ABRIR TAMBIÉN LAS MENTES DE MUCHAS PERSONAS."
E n ocasiones, los peores momentos hacen que surjan las mejores ideas. En 2020, cuando España se detuvo durante semanas por el impacto de la pandemia de COVID-19, Txema e Iván, los creadores de Odd Kiosk, fantaseaban con dar un giro a sus vidas y pensaban en lo que podrían hacer cuando terminara el confinamiento. “Txema es arquitecto e interiorista y yo soy diseñador gráfico”, nos cuenta Iván. Somos amigos desde los 16 años. Ambos crecimos en el área metropolitana de Barcelona y actualmente vivimos en la ciudad, así que se nos ocurrió poner en marcha un proyecto diferente aquí.”
Que el proyecto consistiese en un quiosco fue fruto de los intereses comunes de ambos amigos. “Txema había estado leyendo sobre el problema de los quioscos en Barcelona —más de 80 han cerrado en los últimos años— y sobre el escaso éxito que habían tenido las diferentes iniciativas del ayuntamiento para reactivar este elemento clave en la vida de nuestras calles”, explica Iván. “Por mi parte, yo siempre he sido un amante de las revistas independientes, e incluso tuve mi propia revista, Agapornis, que se distribuía en todo el mundo. Por eso, tener mi propio quiosco había sido un sueño para mí desde hacía mucho.”
Jugando con estas sinergias y tras un par de intensas conversaciones, Iván y Txema decidieron que la esencia del quiosco con prensa diaria y revistas diversas tenía que volver, ya que no todas las publicaciones tienen por qué ser digitales. “Hay revistas independientes que están creadas con mucho cariño, con una edición muy cuidada, buen papel y un esfuerzo impresionante. Teníamos que rescatar algo con tanto valor”, dice Iván con una amplia sonrisa. “Queríamos que todo ese arte saliera a la calle. Al fin y al cabo, el arte es cultura y la cultura hay que vivirla. Dar un paso adelante y lanzar un nuevo negocio cultural en estos tiempos complicados encajaba bien con nuestros valores.”
Odd Kiosk se está convirtiendo también en un lugar de referencia de la comunidad queer barcelonesa. “Creo que es muy importante que contemos con locales diurnos”, afirma Iván. “Habitar la noche está muy bien, por supuesto, pero necesitamos espacios seguros de día; no hay muchos. El kiosco es un lugar abierto a todas las personas, donde todo está a la vista y donde la mezcla de públicos facilita que se respete más la diversidad. Al margen de esto, siempre es bueno para el ecosistema cultural de la ciudad contar con otro espacio autoproducido y gestionado por personas de la calle que apuestan por la cultura, el arte y lo social.”
Iniciar esta aventura no estuvo exento de retos, comenzando por encontrar el quiosco adecuado y lidiar con todo el papeleo, para lo cual Txema e Iván contaron con la inestimable ayuda de un abogado que se ha convertido en su gestor de confianza. “Una complicación añadida fue crear una web para Odd Kiosk mientras nos ocupábamos de arrancar el negocio”, nos confiesa Iván. “Sabíamos que teníamos que disponer de una tienda online tan pronto como fuera posible, ya que contamos con muchos clientes de fuera de Barcelona. Aun así, tardó un poco en llegar.”
De cara al futuro, Iván y Txema pretenden seguir trabajando duro para dar voz a artistas del colectivo queer, que a menudo cuentan con poca visibilidad, al tiempo que siguen generando espacios seguros para todas las personas. “Además, está entre nuestros planes organizar eventos fuera del quiosco, y quién sabe si abrir alguna sucursal en Nueva York, París o Berlín. ¡Hay que soñar en grande!”
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: César Segarra
"LO MEJOR DEL KIOSKO ES QUE NO TIENE UNA PUERTA QUE HAYA QUE CRUZAR PARA VER LO QUE HAY DENTRO. TODO ESTÁ EXPUESTO Y A LA VISTA. Y ASÍ, ENSEÑANDO EL ARTE DEL COLECTIVO QUEER, PODEMOS ABRIR TAMBIÉN LAS MENTES DE MUCHAS PERSONAS."
E n ocasiones, los peores momentos hacen que surjan las mejores ideas. En 2020, cuando España se detuvo durante semanas por el impacto de la pandemia de COVID-19, Txema e Iván, los creadores de Odd Kiosk, fantaseaban con dar un giro a sus vidas y pensaban en lo que podrían hacer cuando terminara el confinamiento. “Txema es arquitecto e interiorista y yo soy diseñador gráfico”, nos cuenta Iván. Somos amigos desde los 16 años. Ambos crecimos en el área metropolitana de Barcelona y actualmente vivimos en la ciudad, así que se nos ocurrió poner en marcha un proyecto diferente aquí.”
Que el proyecto consistiese en un quiosco fue fruto de los intereses comunes de ambos amigos. “Txema había estado leyendo sobre el problema de los quioscos en Barcelona —más de 80 han cerrado en los últimos años— y sobre el escaso éxito que habían tenido las diferentes iniciativas del ayuntamiento para reactivar este elemento clave en la vida de nuestras calles”, explica Iván. “Por mi parte, yo siempre he sido un amante de las revistas independientes, e incluso tuve mi propia revista, Agapornis, que se distribuía en todo el mundo. Por eso, tener mi propio quiosco había sido un sueño para mí desde hacía mucho.”
Jugando con estas sinergias y tras un par de intensas conversaciones, Iván y Txema decidieron que la esencia del quiosco con prensa diaria y revistas diversas tenía que volver, ya que no todas las publicaciones tienen por qué ser digitales. “Hay revistas independientes que están creadas con mucho cariño, con una edición muy cuidada, buen papel y un esfuerzo impresionante. Teníamos que rescatar algo con tanto valor”, dice Iván con una amplia sonrisa. “Queríamos que todo ese arte saliera a la calle. Al fin y al cabo, el arte es cultura y la cultura hay que vivirla. Dar un paso adelante y lanzar un nuevo negocio cultural en estos tiempos complicados encajaba bien con nuestros valores.”
Odd Kiosk se está convirtiendo también en un lugar de referencia de la comunidad queer barcelonesa. “Creo que es muy importante que contemos con locales diurnos”, afirma Iván. “Habitar la noche está muy bien, por supuesto, pero necesitamos espacios seguros de día; no hay muchos. El kiosco es un lugar abierto a todas las personas, donde todo está a la vista y donde la mezcla de públicos facilita que se respete más la diversidad. Al margen de esto, siempre es bueno para el ecosistema cultural de la ciudad contar con otro espacio autoproducido y gestionado por personas de la calle que apuestan por la cultura, el arte y lo social.”
Iniciar esta aventura no estuvo exento de retos, comenzando por encontrar el quiosco adecuado y lidiar con todo el papeleo, para lo cual Txema e Iván contaron con la inestimable ayuda de un abogado que se ha convertido en su gestor de confianza. “Una complicación añadida fue crear una web para Odd Kiosk mientras nos ocupábamos de arrancar el negocio”, nos confiesa Iván. “Sabíamos que teníamos que disponer de una tienda online tan pronto como fuera posible, ya que contamos con muchos clientes de fuera de Barcelona. Aun así, tardó un poco en llegar.”
De cara al futuro, Iván y Txema pretenden seguir trabajando duro para dar voz a artistas del colectivo queer, que a menudo cuentan con poca visibilidad, al tiempo que siguen generando espacios seguros para todas las personas. “Además, está entre nuestros planes organizar eventos fuera del quiosco, y quién sabe si abrir alguna sucursal en Nueva York, París o Berlín. ¡Hay que soñar en grande!”
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: César Segarra