" VILLA SLOW ES UN ALOJAMIENTO VACACIONAL EN LA MONTAÑA CÁNTABRA IDEADO PARA HACERTE SENTIR EN PAZ DESDE QUE PONES EL PIE EN ÉL. EL LUGAR PERFECTO PARA OLVIDARTE DEL AJETREO Y EL ESTRÉS DE LA CIUDAD Y ABRAZAR LA VIDA ´SLOW´. "
H ay veces en la vida en que de pronto vemos las cosas claras y todo cobra sentido. Esto puede suceder hasta en los momentos más inesperados, y no hay mejor tipo de felicidad que la que llega sin avisar, descubriéndonos nuevas pasiones que nunca antes hubiésemos sospechado. Algo así le sucedió a Laura Álvarez en los Valles Pasiegos, en el interior de Cantabria, el lugar donde nació Villa Slow.
La cabaña se erige en un paraje verde intenso, rodeada de bosques frondosos y montañas que invitan a desconectar y empezar a vivir a otro ritmo. La cubierta de lastras y las paredes de piedra, habituales en las construcciones ganaderas pasiegas, esconden en su interior espacios luminosos y acogedores, diseñados cuidadosamente por una arquitecta enamorada de los paisajes de su niñez. Laura nació en Madrid, pero enseguida se trasladó con sus padres a Cantabria, donde pasó unos cuantos años antes de que la vida la llevase por Valladolid, Barcelona y, ya terminada la carrera, Alemania, México y los Países Bajos.
“Llevo en el extranjero 21 años, de los cuales he pasado en Ámsterdam los últimos 17. Si bien no me siento de ningún sitio concreto, quería mantener algunos lazos con España, y elegí Cantabria por todos los buenos recuerdos que guardaba de cuando era niña. Quería crear un lugar donde cualquiera pudiese encontrarse como en su casa y disfrutar de estos bellísimos lugares como yo lo hago.”
En 2014, Laura pasó parte de sus vacaciones viajando por los Valles Pasiegos y buscando el sitio ideal, algo que no resultó sencillo al comienzo. Las cabañas son edificaciones que, en muchos casos, no se asientan en terreno urbano, por lo que es necesario tramitar diversos permisos antes de usarlas como viviendas. Sin embargo, una vez completado este tedioso proceso de obligado cumplimiento, todo mereció la pena: Villa Slow comenzó a funcionar en 2017 como alojamiento vacacional y tuvo una gran acogida entre los turistas extranjeros, muchos de los cuales han repetido desde entonces. Además, esta reinterpretación contemporánea de las tradicionales cabañas de la montaña cántabra, decorada con muebles de diseño y un estilo minimalista y moderno, le valió a Laura diversas menciones en revistas de viajes, decoración y arquitectura.
“La pandemia lo cambió todo. Lewis —mi pareja— y yo estábamos en España cuando se declaró el primer confinamiento domiciliario en marzo de 2020, y aquellos 5 meses en el valle nos hicieron darnos cuenta de que queríamos vivir de otra forma, con más tranquilidad y más cerca de la naturaleza. Comenzamos a prepararlo todo cuando regresamos a Ámsterdam, y finalmente nos hemos mudado a comienzos de este verano. Lewis es carpintero y va a abrir un taller en la zona, mientras que yo quiero seguir explorando las posibilidades del trabajo a distancia, algo que ya estaba practicando cada vez con mayor frecuencia en los Países Bajos. Estamos muy felices y totalmente convencidos de que esto es lo que necesitábamos en este momento de nuestras vidas.”
Laura tiene ahora tiempo para pensar y decidir qué hacer en cada momento, ya que la vida en San Roque de Riomiera, en lo más recóndito de los Valles Pasiegos, discurre a un ritmo más tranquilo. Los gastos son pocos, es fácil conocer a todos los vecinos de la zona, y el ocio está casi siempre ligado al disfrute de la naturaleza. Aunque hay conexión a internet, no hay cobertura telefónica, y desde la terraza de Villa Slow puede escucharse el rumor del agua y ver cómo la niebla baja por las laderas boscosas de los montes cercanos. Cada mañana, el sol descubre nuevos colores en este rincón casi secreto del norte de España, recordándonos que se necesitan muy pocas cosas para hacernos sentir en casa.
Texto: Jose María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: David Montero
" VILLA SLOW ES UN ALOJAMIENTO VACACIONAL EN LA MONTAÑA CÁNTABRA IDEADO PARA HACERTE SENTIR EN PAZ DESDE QUE PONES EL PIE EN ÉL. EL LUGAR PERFECTO PARA OLVIDARTE DEL AJETREO Y EL ESTRÉS DE LA CIUDAD Y ABRAZAR LA VIDA ´SLOW´. "
H ay veces en la vida en que de pronto vemos las cosas claras y todo cobra sentido. Esto puede suceder hasta en los momentos más inesperados, y no hay mejor tipo de felicidad que la que llega sin avisar, descubriéndonos nuevas pasiones que nunca antes hubiésemos sospechado. Algo así le sucedió a Laura Álvarez en los Valles Pasiegos, en el interior de Cantabria, el lugar donde nació Villa Slow.
La cabaña se erige en un paraje verde intenso, rodeada de bosques frondosos y montañas que invitan a desconectar y empezar a vivir a otro ritmo. La cubierta de lastras y las paredes de piedra, habituales en las construcciones ganaderas pasiegas, esconden en su interior espacios luminosos y acogedores, diseñados cuidadosamente por una arquitecta enamorada de los paisajes de su niñez. Laura nació en Madrid, pero enseguida se trasladó con sus padres a Cantabria, donde pasó unos cuantos años antes de que la vida la llevase por Valladolid, Barcelona y, ya terminada la carrera, Alemania, México y los Países Bajos.
“Llevo en el extranjero 21 años, de los cuales he pasado en Ámsterdam los últimos 17. Si bien no me siento de ningún sitio concreto, quería mantener algunos lazos con España, y elegí Cantabria por todos los buenos recuerdos que guardaba de cuando era niña. Quería crear un lugar donde cualquiera pudiese encontrarse como en su casa y disfrutar de estos bellísimos lugares como yo lo hago.”
En 2014, Laura pasó parte de sus vacaciones viajando por los Valles Pasiegos y buscando el sitio ideal, algo que no resultó sencillo al comienzo. Las cabañas son edificaciones que, en muchos casos, no se asientan en terreno urbano, por lo que es necesario tramitar diversos permisos antes de usarlas como viviendas. Sin embargo, una vez completado este tedioso proceso de obligado cumplimiento, todo mereció la pena: Villa Slow comenzó a funcionar en 2017 como alojamiento vacacional y tuvo una gran acogida entre los turistas extranjeros, muchos de los cuales han repetido desde entonces. Además, esta reinterpretación contemporánea de las tradicionales cabañas de la montaña cántabra, decorada con muebles de diseño y un estilo minimalista y moderno, le valió a Laura diversas menciones en revistas de viajes, decoración y arquitectura.
“La pandemia lo cambió todo. Lewis —mi pareja— y yo estábamos en España cuando se declaró el primer confinamiento domiciliario en marzo de 2020, y aquellos 5 meses en el valle nos hicieron darnos cuenta de que queríamos vivir de otra forma, con más tranquilidad y más cerca de la naturaleza. Comenzamos a prepararlo todo cuando regresamos a Ámsterdam, y finalmente nos hemos mudado a comienzos de este verano. Lewis es carpintero y va a abrir un taller en la zona, mientras que yo quiero seguir explorando las posibilidades del trabajo a distancia, algo que ya estaba practicando cada vez con mayor frecuencia en los Países Bajos. Estamos muy felices y totalmente convencidos de que esto es lo que necesitábamos en este momento de nuestras vidas.”
Laura tiene ahora tiempo para pensar y decidir qué hacer en cada momento, ya que la vida en San Roque de Riomiera, en lo más recóndito de los Valles Pasiegos, discurre a un ritmo más tranquilo. Los gastos son pocos, es fácil conocer a todos los vecinos de la zona, y el ocio está casi siempre ligado al disfrute de la naturaleza. Aunque hay conexión a internet, no hay cobertura telefónica, y desde la terraza de Villa Slow puede escucharse el rumor del agua y ver cómo la niebla baja por las laderas boscosas de los montes cercanos. Cada mañana, el sol descubre nuevos colores en este rincón casi secreto del norte de España, recordándonos que se necesitan muy pocas cosas para hacernos sentir en casa.
Texto: Jose María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: David Montero