" TENÍAMOS UNA CASA EN MEDIO DE LA MONTAÑA, MUCHA MADERA ANTIGUA Y ALGUNAS HERRAMIENTAS VIEJAS, ASÍ QUE DECIDIMOS HACER CON ELLO ALGO DIFERENTE Y ÚNICO."
N o siempre sabemos a dónde nos llevan nuestros pasos. En ocasiones, nuestras pasiones aparecen en el recodo más inesperado del camino. Para Marc, el artesano carpintero que crea las piezas de la firma de muebles bajo demanda valenciana Mokuyoubi, todo lo que rodea a su idilio con la madera sucedió de forma fortuita. Ahora, un año después, idea nuevos proyectos junto con su pareja, Paula, y sigue ofreciendo a sus clientes piezas de gran calidad y un servicio altamente personalizado.
“Soy una persona muy curiosa y siempre me ha gustado tener la cabeza distraída y aprender cosas nuevas”, nos cuenta Marc. “Mi sueño de infancia era ser bombero, pero alcanzarlo fue imposible debido a un problema auditivo, por lo que llevaba años buscando algo que me llenase. Cuando Paula y yo nos mudamos de Valencia al pueblo, descubrí que su padre tenía varias herramientas de carpintero de cuando era joven. Enseguida me interesé por ellas y, tan pronto como pude leer algo sobre su funcionamiento y las medidas básicas de seguridad, comencé a usarlas.”
Poco a poco, gracias a la red social Pinterest y a los consejos de estilo de su pareja, Marc comenzó a fabricar algunos muebles y piezas decorativas de madera para decorar su nueva casa. A la luz de los buenos resultados obtenidos de aquellos primeros intentos, y teniendo ya más de una decena de piezas, Marc y Paula comenzaron a darle vueltas a una idea de negocio que conjugara aquella nueva afición, los materiales con los que contaban en la montaña valenciana y un enfoque sostenible. De este modo, Mokuyoubi (“día del árbol” o “jueves” en japonés) nació con una clara vocación artesana y ética, empleando madera maciza recuperada de muebles antiguos u obtenida de árboles caídos y apostando por piezas hechas a medida y bajo demanda.
“La magia de las piezas artesanales es que son únicas. No vas a ver otra pieza idéntica en ninguna otra parte porque siempre hay un pequeño error del artesano, una variación en el corte o un defecto en la madera que provoca que cada creación sea diferente a la anterior. A un artesano le gusta la imperfección, que es lo que distingue su trabajo de los muebles industriales”, explica Marc con una amplia sonrisa y la emoción de quien ama lo que hace. “En Mokuyoubi vendemos calidad y un proceso de fabricación cuidadoso, como los de antes, los que llevaban tiempo y mucho esfuerzo. Creamos piezas a medida, con el acabado y el tipo de madera que el cliente escoja. Antes de comenzar a trabajar la madera, siempre pedimos fotos del espacio en el que se va a ubicar el mueble y realizamos una labor de asesoría para que el resultado final sea exactamente el que el cliente desea. Además, le permitimos involucrarse en todas las etapas y sugerir detalles que hagan la pieza aún más especial.”
Paula y Marc prefieren usar madera de segunda mano tan a menudo como pueden. La materia prima de la mayor parte de sus muebles tuvo usos diferentes en el pasado o ha sido secada y tratada por ellos mismos una vez recogida del bosque. Marc nos cuenta que tienen un gran pinar en su parcela del que procede la madera de muchas de sus piezas: “Cada vez que cae un árbol, lo cortamos, lo dejamos secar, lo laminamos y lo convertimos en algo bonito.” Para esta pareja valenciana, la conexión con el medio y el respeto por este son elementos fundamentales de su proyecto.
Desde la creación de Mokuyoubi, el número de clientes de Marc y Paula ha crecido de forma sostenida. Tras solventar algunos problemas iniciales relacionados con la logística y empezar a contar con el apoyo de la firma de herramientas Ryobi, estos jóvenes emprendedores tienen ahora la vista puesta en nuevos horizontes: “Tenemos mucha ilusión depositada en Mokuyoubi y creemos que se avecinan grandes cambios”, nos confiesa Marc. “Queremos lanzar una página web que incluya una pequeña tienda con objetos decorativos hechos por Paula. También tenemos planeado realizar una serie de videotutoriales aprovechando una reforma de nuestra casa que tenemos pendiente, y hemos estado pensando en construir una casita de madera cerca de la nuestra, en nuestro terreno. Nuestra idea consiste en ponerla en alquiler y ofrecer a quienes se hospeden en ella una experiencia en contacto pleno con la naturaleza y la posibilidad de crear su propio mueble de madera bajo nuestra supervisión. De hecho, vender casitas de madera es otro proyecto que tenemos pendiente para 2023; con la ayuda de un amigo cercano que conoce bien el sector, seguro que saldrá adelante.”
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: Raw Films
" TENÍAMOS UNA CASA EN MEDIO DE LA MONTAÑA, MUCHA MADERA ANTIGUA Y ALGUNAS HERRAMIENTAS VIEJAS, ASÍ QUE DECIDIMOS HACER CON ELLO ALGO DIFERENTE Y ÚNICO."
N o siempre sabemos a dónde nos llevan nuestros pasos. En ocasiones, nuestras pasiones aparecen en el recodo más inesperado del camino. Para Marc, el artesano carpintero que crea las piezas de la firma de muebles bajo demanda valenciana Mokuyoubi, todo lo que rodea a su idilio con la madera sucedió de forma fortuita. Ahora, un año después, idea nuevos proyectos junto con su pareja, Paula, y sigue ofreciendo a sus clientes piezas de gran calidad y un servicio altamente personalizado.
“Soy una persona muy curiosa y siempre me ha gustado tener la cabeza distraída y aprender cosas nuevas”, nos cuenta Marc. “Mi sueño de infancia era ser bombero, pero alcanzarlo fue imposible debido a un problema auditivo, por lo que llevaba años buscando algo que me llenase. Cuando Paula y yo nos mudamos de Valencia al pueblo, descubrí que su padre tenía varias herramientas de carpintero de cuando era joven. Enseguida me interesé por ellas y, tan pronto como pude leer algo sobre su funcionamiento y las medidas básicas de seguridad, comencé a usarlas.”
Poco a poco, gracias a la red social Pinterest y a los consejos de estilo de su pareja, Marc comenzó a fabricar algunos muebles y piezas decorativas de madera para decorar su nueva casa. A la luz de los buenos resultados obtenidos de aquellos primeros intentos, y teniendo ya más de una decena de piezas, Marc y Paula comenzaron a darle vueltas a una idea de negocio que conjugara aquella nueva afición, los materiales con los que contaban en la montaña valenciana y un enfoque sostenible. De este modo, Mokuyoubi (“día del árbol” o “jueves” en japonés) nació con una clara vocación artesana y ética, empleando madera maciza recuperada de muebles antiguos u obtenida de árboles caídos y apostando por piezas hechas a medida y bajo demanda.
“La magia de las piezas artesanales es que son únicas. No vas a ver otra pieza idéntica en ninguna otra parte porque siempre hay un pequeño error del artesano, una variación en el corte o un defecto en la madera que provoca que cada creación sea diferente a la anterior. A un artesano le gusta la imperfección, que es lo que distingue su trabajo de los muebles industriales”, explica Marc con una amplia sonrisa y la emoción de quien ama lo que hace. “En Mokuyoubi vendemos calidad y un proceso de fabricación cuidadoso, como los de antes, los que llevaban tiempo y mucho esfuerzo. Creamos piezas a medida, con el acabado y el tipo de madera que el cliente escoja. Antes de comenzar a trabajar la madera, siempre pedimos fotos del espacio en el que se va a ubicar el mueble y realizamos una labor de asesoría para que el resultado final sea exactamente el que el cliente desea. Además, le permitimos involucrarse en todas las etapas y sugerir detalles que hagan la pieza aún más especial.”
Paula y Marc prefieren usar madera de segunda mano tan a menudo como pueden. La materia prima de la mayor parte de sus muebles tuvo usos diferentes en el pasado o ha sido secada y tratada por ellos mismos una vez recogida del bosque. Marc nos cuenta que tienen un gran pinar en su parcela del que procede la madera de muchas de sus piezas: “Cada vez que cae un árbol, lo cortamos, lo dejamos secar, lo laminamos y lo convertimos en algo bonito.” Para esta pareja valenciana, la conexión con el medio y el respeto por este son elementos fundamentales de su proyecto.
Desde la creación de Mokuyoubi, el número de clientes de Marc y Paula ha crecido de forma sostenida. Tras solventar algunos problemas iniciales relacionados con la logística y empezar a contar con el apoyo de la firma de herramientas Ryobi, estos jóvenes emprendedores tienen ahora la vista puesta en nuevos horizontes: “Tenemos mucha ilusión depositada en Mokuyoubi y creemos que se avecinan grandes cambios”, nos confiesa Marc. “Queremos lanzar una página web que incluya una pequeña tienda con objetos decorativos hechos por Paula. También tenemos planeado realizar una serie de videotutoriales aprovechando una reforma de nuestra casa que tenemos pendiente, y hemos estado pensando en construir una casita de madera cerca de la nuestra, en nuestro terreno. Nuestra idea consiste en ponerla en alquiler y ofrecer a quienes se hospeden en ella una experiencia en contacto pleno con la naturaleza y la posibilidad de crear su propio mueble de madera bajo nuestra supervisión. De hecho, vender casitas de madera es otro proyecto que tenemos pendiente para 2023; con la ayuda de un amigo cercano que conoce bien el sector, seguro que saldrá adelante.”
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: Raw Films