" AL TRABAJAR CON CLIENTES, ENCUENTRO LA INSPIRACIÓN EN ELLOS, EN LAS HISTORIAS QUE ME CUENTAN. SIEMPRE TRATO DE MIMETIZARME CON CADA PERSONA, CONOCERLA A FONDO Y ADAPTAR EL ESPACIO A LAS CIRCUNSTANCIAS CONCRETAS DE SU VIDA."
L a decoración puede ser una buena forma de expresar nuestra personalidad en los lugares que habitamos, y una mano experta puede a menudo resultar esencial para dar ese paso con éxito. Isabel, la decoradora detrás del estudio murciano con alma checa Isabella Bo, decidió hace 8 años que convertiría su pasión en su trabajo y ayudaría a otras personas a transformar sus hogares y adaptarlos a sus necesidades y al ritmo natural de sus vidas.
“Cuando empecé con el proyecto Isabella Bo, llevaba muchos años trabajando en muchas áreas del sector del interiorismo y la decoración. Solía viajar a Asia a crear colecciones para hogar de textiles y mobiliario, y también montaba ferias de decoración, escaparates y sets de decoración para fotografía para distintos clientes”, nos cuenta Isabel. “Cuando me mudé a Praga en 2014, decidí dar el salto y materializar en un proyecto profesional mi vocación más temprana, que está más relacionada con las antigüedades y la decoración de hogares”, comparte.
“Isabella Bo estaba latente en mí desde que era una niña, cuando mi abuela paterna me abría las puertas de su dormitorio, buscaba las reliquias familiares y me contaba con mucho cariño su historia y la de sus propietarios. Esta aventura empresarial me ayudó a redescubrirme.”
Cuando la vida la llevó de regreso a Murcia, Isabel encontró la ciudad muy cambiada, revitalizada y con una creciente demanda de perfiles como el suyo. Aunque nos confiesa que a veces echa de menos estar en el centro de Europa para buscar antigüedades, reconoce que volver a su ciudad natal fue una experiencia muy positiva a nivel personal. Ya cerca de su familia y sus amigos de siempre, ha puesto su recién adquirido bagaje internacional al servicio de sus clientes españoles. Y aún viaja varias veces al año a diferentes países para seleccionar piezas únicas que vender en su tienda o utilizar en algún proyecto.
“Mi naturaleza es extremadamente flexible, por lo que mi tendencia natural es la adaptación al cliente; también porque considero que estoy tratando con una extensión de la persona, su casa”, explica Isabel. “Isabella Bo nació con una filosofía de trabajo y vida muy clara: crear interiores conscientes en los que prima la recuperación de materiales y piezas, el enlace del pasado y el presente, la resolución de los problemas cotidianos del cliente en su vivienda y la sostenibilidad. Estas características tan específicas de mi marca hacen que los clientes que me llegan a través de conocidos o incluso de la web compartan muchos de mis principios y valores.”
Mirando al futuro, Isabel tiene claro que quiere seguir buscando antigüedades para la tienda y afianzar su labor actual, aceptando nuevos proyectos de decoración de interiores que encajen con la filosofía consciente de Isabella Bo y evitando diseñar viviendas que, aunque puedan resultar amables a la vista, solo respondan a la última tendencia del mercado. Tras más de un lustro y medio de experiencia en este mundo, tiene claro que permanecer fiel a sus valores es la clave del éxito de su proyecto.
“Me siento tan afortunada que no pienso en crecimiento comercial, sino más bien en crecimiento personal: continuar como estoy pero disfrutando más cada día, intentando hacer interiores slow y honestos, que no estén sometidos a la tiranía de la moda y al ego del diseñador”, dice Isabel con una sonrisa. “En este momento, creo que tan solo necesito seguir evolucionando y aprendiendo. Me gustaría seguir acompañando a mis clientes y durmiendo bien, porque este trabajo es muy bonito pero también conlleva una gran responsabilidad, y para mí es esencial que el resultado sea siempre el mejor posible.”
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: Alex LaFuente / Laura Laborda Galindo
" AL TRABAJAR CON CLIENTES, ENCUENTRO LA INSPIRACIÓN EN ELLOS, EN LAS HISTORIAS QUE ME CUENTAN. SIEMPRE TRATO DE MIMETIZARME CON CADA PERSONA, CONOCERLA A FONDO Y ADAPTAR EL ESPACIO A LAS CIRCUNSTANCIAS CONCRETAS DE SU VIDA."
L a decoración puede ser una buena forma de expresar nuestra personalidad en los lugares que habitamos, y una mano experta puede a menudo resultar esencial para dar ese paso con éxito. Isabel, la decoradora detrás del estudio murciano con alma checa Isabella Bo, decidió hace 8 años que convertiría su pasión en su trabajo y ayudaría a otras personas a transformar sus hogares y adaptarlos a sus necesidades y al ritmo natural de sus vidas.
“Cuando empecé con el proyecto Isabella Bo, llevaba muchos años trabajando en muchas áreas del sector del interiorismo y la decoración. Solía viajar a Asia a crear colecciones para hogar de textiles y mobiliario, y también montaba ferias de decoración, escaparates y sets de decoración para fotografía para distintos clientes”, nos cuenta Isabel. “Cuando me mudé a Praga en 2014, decidí dar el salto y materializar en un proyecto profesional mi vocación más temprana, que está más relacionada con las antigüedades y la decoración de hogares”, comparte.
“Isabella Bo estaba latente en mí desde que era una niña, cuando mi abuela paterna me abría las puertas de su dormitorio, buscaba las reliquias familiares y me contaba con mucho cariño su historia y la de sus propietarios. Esta aventura empresarial me ayudó a redescubrirme.”
Cuando la vida la llevó de regreso a Murcia, Isabel encontró la ciudad muy cambiada, revitalizada y con una creciente demanda de perfiles como el suyo. Aunque nos confiesa que a veces echa de menos estar en el centro de Europa para buscar antigüedades, reconoce que volver a su ciudad natal fue una experiencia muy positiva a nivel personal. Ya cerca de su familia y sus amigos de siempre, ha puesto su recién adquirido bagaje internacional al servicio de sus clientes españoles. Y aún viaja varias veces al año a diferentes países para seleccionar piezas únicas que vender en su tienda o utilizar en algún proyecto.
“Mi naturaleza es extremadamente flexible, por lo que mi tendencia natural es la adaptación al cliente; también porque considero que estoy tratando con una extensión de la persona, su casa”, explica Isabel. “Isabella Bo nació con una filosofía de trabajo y vida muy clara: crear interiores conscientes en los que prima la recuperación de materiales y piezas, el enlace del pasado y el presente, la resolución de los problemas cotidianos del cliente en su vivienda y la sostenibilidad. Estas características tan específicas de mi marca hacen que los clientes que me llegan a través de conocidos o incluso de la web compartan muchos de mis principios y valores.”
Mirando al futuro, Isabel tiene claro que quiere seguir buscando antigüedades para la tienda y afianzar su labor actual, aceptando nuevos proyectos de decoración de interiores que encajen con la filosofía consciente de Isabella Bo y evitando diseñar viviendas que, aunque puedan resultar amables a la vista, solo respondan a la última tendencia del mercado. Tras más de un lustro y medio de experiencia en este mundo, tiene claro que permanecer fiel a sus valores es la clave del éxito de su proyecto.
“Me siento tan afortunada que no pienso en crecimiento comercial, sino más bien en crecimiento personal: continuar como estoy pero disfrutando más cada día, intentando hacer interiores slow y honestos, que no estén sometidos a la tiranía de la moda y al ego del diseñador”, dice Isabel con una sonrisa. “En este momento, creo que tan solo necesito seguir evolucionando y aprendiendo. Me gustaría seguir acompañando a mis clientes y durmiendo bien, porque este trabajo es muy bonito pero también conlleva una gran responsabilidad, y para mí es esencial que el resultado sea siempre el mejor posible.”
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: Alex LaFuente / Laura Laborda Galindo