"VEO LA FOTOGRAFÍA DE ARQUITECTURA COMO UN DOCUMENTO. ESTAS IMÁGENES SON DOCUMENTOS HISTÓRICOS, NOS PERMITEN CONSERVAR LA MEMORIA DE LAS ARTES, MÁS ESPECÍFICAMENTE DE LA ARQUITECTURA CONTENIDA EN ELLAS."
A l tomar contacto con César respiramos pasión y sabor a México. No caben dudas de que su tierra natal: Jalisco, ha dejado su impronta en este artista, quien a temprana edad supo cuál sería su profesión.
“Desde muy niño descubrí que estudiaría arquitectura, lo sabía desde los 10 años. Recuerdo que la escala de las cosas era algo que siempre me impresionaba, en cuanto fui consciente de la arquitectura, recuerdo que los edificios históricos en mi pueblo fueron los primeros en impresionarme. Casi simultáneamente mi gusto por la fotografía comenzó, la cámara de mi padre fue mi primer juguete y con eso fotografíe los primeros edificios.”
Hoy, con 30 años vive plenamente su día a día documentando arquitectura con una sensibilidad y precisión exquisita. Inicialmente obtuvo su título de arquitecto en el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño por la Universidad de Guadalajara y debido a que dicha casa de estudios tenía un convenio de intercambio con la ETSAM, en 2013 decidió viajar a Madrid para especializarse en fotografía de arquitectura. En 2015 fundó César Béjar Studio donde trabaja de manera independiente como arquitecto y fotógrafo de arquitectura.
Sus referentes son claros: en arquitectura Luis Barragán, Louis Kahn y Álvaro Siza. Hélène Binet, Lola Álvarez Bravo y Juan Rulfo lo son en fotografía. Lo cierto es que Béjar ha logrado una síntesis perfecta, al descubrir que sus dos pasiones pueden combinarse y que ambas disciplinas se alimentan recíprocamente. En sus fotografías se puede apreciar su amor por la arquitectura vernácula mexicana, de formas geométricas puras y volúmenes sólidos, en las cuales el color y las texturas son protagonistas. En ellas, la naturaleza funciona como marco, constituyendo siempre el escenario perfecto. Es probable que su gusto por lo natural encuentre su raíz en su pueblo, ya que al referirse a él recuerda:
“Me gusta creer que haber crecido en un pueblo te da una sensibilidad distinta, una donde estas más conectado con la naturaleza y el ritmo de lo cotidiano es más lento y te permite ver más detenidamente el mundo. Este grado de meditación que creo que desarrollé en la infancia, intento no perderlo en mi quehacer actual.”
Cuando habla sobre su estilo señala que, para él toda fotografía de arquitectura tiene el valor de documento histórico. Por tal razón, considera que las imágenes están cargadas de estrategias, las cuales evolucionan y se clarifican con el paso del tiempo. De ahí que, él asegure fervientemente que lo que lo distingue de sus colegas es simplemente ser portador de una estrategia distinta.
Disfruta de fotografiar aquella arquitectura que se ve “inteligente” a primera vista. Pero más especialmente, las construcciones que responden a los cánones clásicos y que, aun así, se atreven a romper las reglas con toda intención y seguridad.
Para finalizar, César, quien ha colaborado con arquitectos locales y nacionales en la documentación de la obra arquitectónica a través de su lente, destaca que: “Cuando descubres tu pasión haces las cosas por voluntad y no por presión, eso vuelve al trabajo más placentero.” Vive su destino como un constante devenir, en el cual, hasta el momento, todo le ha caído “de sorpresa”. El trabajo ocupa tanto espacio en su vida que trabaja y vive en el mismo lugar. Ha tenido la fortuna de haber encontrado su verdadera pasión a una muy temprana edad, y fiel a su estilo, nos regala una frase inspiradora: “Creo que todos los humanos, si están abiertos al cambio eventualmente descubren su pasión, y es en ese momento donde uno deja de trabajar”.
Texto: Julia Lescano
Colaboradores:
Imagen 1 y 4: Casa Los Tigres / Render: OZU Studio / Arquitectos: César Béjar Studio y Fernando Sánchez.
Imagen 2: Club de Playa, Telchac / Render: OZU Studio / Arquitectos: César Béjar Studio y ESENCIAL STUDIO.
Imagen 3: Museo Tamayo / Fotografía: César Béjar Studio / Arquitecto: Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky
Imagen 5: Edificio Turín / Fotografía: César Béjar Studio / Arquitecto: Estudio Macías Peredo
Imagen 6: Casa Tecuán / Render: OZU Studio / Arquitecto: César Béjar Studio
Imagen 7: Edificio Turín / Fotografía: César Béjar Studio / Arquitecto: Manuel Cervantes Studio
Imagen 8: Mextenis / Fotografía: César Béjar Studio / Arquitecto: Taller Hector Barroso
"VEO LA FOTOGRAFÍA DE ARQUITECTURA COMO UN DOCUMENTO. ESTAS IMÁGENES SON DOCUMENTOS HISTÓRICOS, NOS PERMITEN CONSERVAR LA MEMORIA DE LAS ARTES, MÁS ESPECÍFICAMENTE DE LA ARQUITECTURA CONTENIDA EN ELLAS."
A l tomar contacto con César respiramos pasión y sabor a México. No caben dudas de que su tierra natal: Jalisco, ha dejado su impronta en este artista, quien a temprana edad supo cuál sería su profesión.
“Desde muy niño descubrí que estudiaría arquitectura, lo sabía desde los 10 años. Recuerdo que la escala de las cosas era algo que siempre me impresionaba, en cuanto fui consciente de la arquitectura, recuerdo que los edificios históricos en mi pueblo fueron los primeros en impresionarme. Casi simultáneamente mi gusto por la fotografía comenzó, la cámara de mi padre fue mi primer juguete y con eso fotografíe los primeros edificios.”
Hoy, con 30 años vive plenamente su día a día documentando arquitectura con una sensibilidad y precisión exquisita. Inicialmente obtuvo su título de arquitecto en el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño por la Universidad de Guadalajara y debido a que dicha casa de estudios tenía un convenio de intercambio con la ETSAM, en 2013 decidió viajar a Madrid para especializarse en fotografía de arquitectura. En 2015 fundó César Béjar Studio donde trabaja de manera independiente como arquitecto y fotógrafo de arquitectura.
Sus referentes son claros: en arquitectura Luis Barragán, Louis Kahn y Álvaro Siza. Hélène Binet, Lola Álvarez Bravo y Juan Rulfo lo son en fotografía. Lo cierto es que Béjar ha logrado una síntesis perfecta, al descubrir que sus dos pasiones pueden combinarse y que ambas disciplinas se alimentan recíprocamente. En sus fotografías se puede apreciar su amor por la arquitectura vernácula mexicana, de formas geométricas puras y volúmenes sólidos, en las cuales el color y las texturas son protagonistas. En ellas, la naturaleza funciona como marco, constituyendo siempre el escenario perfecto. Es probable que su gusto por lo natural encuentre su raíz en su pueblo, ya que al referirse a él recuerda:
“Me gusta creer que haber crecido en un pueblo te da una sensibilidad distinta, una donde estas más conectado con la naturaleza y el ritmo de lo cotidiano es más lento y te permite ver más detenidamente el mundo. Este grado de meditación que creo que desarrollé en la infancia, intento no perderlo en mi quehacer actual.”
Cuando habla sobre su estilo señala que, para él toda fotografía de arquitectura tiene el valor de documento histórico. Por tal razón, considera que las imágenes están cargadas de estrategias, las cuales evolucionan y se clarifican con el paso del tiempo. De ahí que, él asegure fervientemente que lo que lo distingue de sus colegas es simplemente ser portador de una estrategia distinta.
Disfruta de fotografiar aquella arquitectura que se ve “inteligente” a primera vista. Pero más especialmente, las construcciones que responden a los cánones clásicos y que, aun así, se atreven a romper las reglas con toda intención y seguridad.
Para finalizar, César, quien ha colaborado con arquitectos locales y nacionales en la documentación de la obra arquitectónica a través de su lente, destaca que: “Cuando descubres tu pasión haces las cosas por voluntad y no por presión, eso vuelve al trabajo más placentero.” Vive su destino como un constante devenir, en el cual, hasta el momento, todo le ha caído “de sorpresa”. El trabajo ocupa tanto espacio en su vida que trabaja y vive en el mismo lugar. Ha tenido la fortuna de haber encontrado su verdadera pasión a una muy temprana edad, y fiel a su estilo, nos regala una frase inspiradora: “Creo que todos los humanos, si están abiertos al cambio eventualmente descubren su pasión, y es en ese momento donde uno deja de trabajar”.
Texto: Julia Lescano
Colaboradores:
Imagen 1 y 4: Casa Los Tigres / Render: OZU Studio / Arquitectos: César Béjar Studio y Fernando Sánchez.
Imagen 2: Club de Playa, Telchac / Render: OZU Studio / Arquitectos: César Béjar Studio y ESENCIAL STUDIO.
Imagen 3: Museo Tamayo / Fotografía: César Béjar Studio / Arquitecto: Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky
Imagen 5: Edificio Turín / Fotografía: César Béjar Studio / Arquitecto: Estudio Macías Peredo
Imagen 6: Casa Tecuán / Render: OZU Studio / Arquitecto: César Béjar Studio
Imagen 7: Edificio Turín / Fotografía: César Béjar Studio / Arquitecto: Manuel Cervantes Studio
Imagen 8: Mextenis / Fotografía: César Béjar Studio / Arquitecto: Taller Hector Barroso