" NUESTRA IDEA ERA OFRECER A LOS VISITANTES EXTRANJEROS UNA EXPERIENCIA HONESTA Y AUTÉNTICA, LO MÁS CERCANA POSIBLE A LA REALIDAD LOCAL YUCATECA Y ALEJADA DE LOS CIRCUITOS TURÍSTICOS. "
I ncluso en países y regiones tan turísticos como México y la tropical península de Yucatán, existen lugares menos conocidos, mejor preservados y propicios para proyectos de hostelería singulares y de calidad. Rehabilitar un edificio entero con un firme compromiso de sostenibilidad y utilización de materiales locales no es tarea fácil, pero con las dosis adecuadas de esfuerzo y ganas, casi todo es posible, como probaron Alan y Laura al poner en marcha el hotel boutique Cedros y el restaurante Casona, ya convertidos en iconos de la localidad yucateca de Espita.
Como Laura nos cuenta con un café en el jardín de su hotel, Casona Los Cedros es fruto del azar y de los encuentros. “Llegué a Espita para trabajar en una hacienda como arquitecta en un pequeño proyecto de pocos meses. Cuando mi novio Alan vino a visitarme, ambos nos dimos cuenta de que Espita, un pueblo acogedor y agradable fuera de cualquier circuito turístico, tenía potencial para atraer a viajeros que, como nosotros, quisieran descubrir el auténtico Yucatán”, nos dice la emprendedora. “Queríamos crear un lugar original con una arquitectura integrada y materiales naturales locales. La escala del proyecto, un hotel de solo 8 habitaciones, armonizaba con el tamaño de la villa de Espita y haría su gestión abordable, teniendo en cuenta que no teníamos experiencia en el sector.”
Queriendo ofrecer una experiencia integral, Laura y Alan buscaron también el modo de contar con un restaurante de calidad dentro de la finca. “La casualidad nos puso en contacto con Jorge Ildefonso, un chef excepcional que confió en nosotros desde el principio y ya en plena obra nos validó su deseo de abrir el restaurante Casona. En él, brindamos a nuestros visitantes una experiencia gastronómica de primer nivel, utilizando exclusivamente productos de temporada provenientes de los pueblos cercanos a Espita y de nuestra propia huerta”, indica Laura con una amplia sonrisa. Como nos indica a continuación, en su cocina siempre disponen de pescado del cercano puerto de San Felipe, lácteos del vecino pueblo de Sucila y frutas y verduras espiteñas. “Nuestra idea es acercar al viajero a la realidad local de forma totalmente honesta, huyendo de las prácticas más habituales en la industria hotelera para conseguir que la estancia de cada persona que nos visita sea única.”
En los últimos años, Casona Los Cedros ha atraído a una clientela eminentemente local, compuesta en su mayoría por habitantes de las grandes ciudades del sur de México curiosos por descubrir un pueblo hasta entonces desconocido para ellos. Para Laura y Alan, sin embargo, el éxito de su proyecto ha supuesto algunos grandes retos que han debido ir resolviendo a medida que aprendían más y más sobre el mundo de la hostelería. “Para nosotros era importante contratar personal local, no necesariamente con formación previa en hostelería, así que aprendimos esta nueva profesión al mismo tiempo que ellos”, nos explica Laura entre risas. “Trabajar así no siempre ha sido fácil, pero merece totalmente la pena. Ya desde la obra inicial del edificio, que yo misma dirigí, los conocimientos y el talento de los artesanos espiteños me permitieron aprender mucho sobre los materiales y las técnicas de construcción locales.”
Casona Los Cedros ya ha sido sede de varios eventos gastronómicos y culturales, y a la pareja de emprendedores les gustaría combinarlos con sesiones musicales en directo en un futuro cercano. “La combinación de una gastronomía más contemporánea y tradicional con conciertos y exposiciones es una motivación para ir más allá del clásico entorno hotelero,” nos cuenta Laura, quien reconoce contar con un amplio número de iniciativas para afrontar el futuro cercano de su proyecto hotelero: “Por ejemplo, también nos gustaría desarrollar la boutique del hotel, donde queremos dar a conocer a los artesanos y creadores locales.” Sobran los motivos para escapar de los resorts costeros y visitar el otro Yucatán.
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: Chloe Loyollas / Manolo R. Solis
" NUESTRA IDEA ERA OFRECER A LOS VISITANTES EXTRANJEROS UNA EXPERIENCIA HONESTA Y AUTÉNTICA, LO MÁS CERCANA POSIBLE A LA REALIDAD LOCAL YUCATECA Y ALEJADA DE LOS CIRCUITOS TURÍSTICOS. "
I ncluso en países y regiones tan turísticos como México y la tropical península de Yucatán, existen lugares menos conocidos, mejor preservados y propicios para proyectos de hostelería singulares y de calidad. Rehabilitar un edificio entero con un firme compromiso de sostenibilidad y utilización de materiales locales no es tarea fácil, pero con las dosis adecuadas de esfuerzo y ganas, casi todo es posible, como probaron Alan y Laura al poner en marcha el hotel boutique Cedros y el restaurante Casona, ya convertidos en iconos de la localidad yucateca de Espita.
Como Laura nos cuenta con un café en el jardín de su hotel, Casona Los Cedros es fruto del azar y de los encuentros. “Llegué a Espita para trabajar en una hacienda como arquitecta en un pequeño proyecto de pocos meses. Cuando mi novio Alan vino a visitarme, ambos nos dimos cuenta de que Espita, un pueblo acogedor y agradable fuera de cualquier circuito turístico, tenía potencial para atraer a viajeros que, como nosotros, quisieran descubrir el auténtico Yucatán”, nos dice la emprendedora. “Queríamos crear un lugar original con una arquitectura integrada y materiales naturales locales. La escala del proyecto, un hotel de solo 8 habitaciones, armonizaba con el tamaño de la villa de Espita y haría su gestión abordable, teniendo en cuenta que no teníamos experiencia en el sector.”
Queriendo ofrecer una experiencia integral, Laura y Alan buscaron también el modo de contar con un restaurante de calidad dentro de la finca. “La casualidad nos puso en contacto con Jorge Ildefonso, un chef excepcional que confió en nosotros desde el principio y ya en plena obra nos validó su deseo de abrir el restaurante Casona. En él, brindamos a nuestros visitantes una experiencia gastronómica de primer nivel, utilizando exclusivamente productos de temporada provenientes de los pueblos cercanos a Espita y de nuestra propia huerta”, indica Laura con una amplia sonrisa. Como nos indica a continuación, en su cocina siempre disponen de pescado del cercano puerto de San Felipe, lácteos del vecino pueblo de Sucila y frutas y verduras espiteñas. “Nuestra idea es acercar al viajero a la realidad local de forma totalmente honesta, huyendo de las prácticas más habituales en la industria hotelera para conseguir que la estancia de cada persona que nos visita sea única.”
En los últimos años, Casona Los Cedros ha atraído a una clientela eminentemente local, compuesta en su mayoría por habitantes de las grandes ciudades del sur de México curiosos por descubrir un pueblo hasta entonces desconocido para ellos. Para Laura y Alan, sin embargo, el éxito de su proyecto ha supuesto algunos grandes retos que han debido ir resolviendo a medida que aprendían más y más sobre el mundo de la hostelería. “Para nosotros era importante contratar personal local, no necesariamente con formación previa en hostelería, así que aprendimos esta nueva profesión al mismo tiempo que ellos”, nos explica Laura entre risas. “Trabajar así no siempre ha sido fácil, pero merece totalmente la pena. Ya desde la obra inicial del edificio, que yo misma dirigí, los conocimientos y el talento de los artesanos espiteños me permitieron aprender mucho sobre los materiales y las técnicas de construcción locales.”
Casona Los Cedros ya ha sido sede de varios eventos gastronómicos y culturales, y a la pareja de emprendedores les gustaría combinarlos con sesiones musicales en directo en un futuro cercano. “La combinación de una gastronomía más contemporánea y tradicional con conciertos y exposiciones es una motivación para ir más allá del clásico entorno hotelero,” nos cuenta Laura, quien reconoce contar con un amplio número de iniciativas para afrontar el futuro cercano de su proyecto hotelero: “Por ejemplo, también nos gustaría desarrollar la boutique del hotel, donde queremos dar a conocer a los artesanos y creadores locales.” Sobran los motivos para escapar de los resorts costeros y visitar el otro Yucatán.
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: Chloe Loyollas / Manolo R. Solis