"NUESTRO COMPROMISO ES RESPETAR LA HISTORIA DEL BARRIO DE LA JUDERÍA Y DAR A CONOCER LA CIUDAD SIN DAÑAR SU IMAGEN, APOSTANDO POR LO LOCAL Y POR LA CALIDAD PARA QUE LA GENTE QUE NOS VISITE SE QUEDE CON GANAS DE MÁS."
L levar a cabo un cambio de profesión y apostar por un proyecto personal puede ser difícil, pero si se aúnan pasión y trabajo duro, los frutos del esfuerzo realizado resultan enormemente gratificantes. María, la persona detrás de Casa Sirfantas, un alojamiento turístico en pleno barrio cordobés de la judería, lo sabe bien; su historia es la de un sueño hecho realidad.
“Casa Sirfantas nació de mi necesidad de cambiar radicalmente de vida y de profesión”, nos cuenta María. “Siempre me gustó viajar y la decoración, y cada vez que me iba de viaje me fijaba mucho en los detalles de los establecimientos en los que me alojaba. Llevaba 11 años viviendo en Madrid, donde trabajaba como abogada y asesora fiscal, y a menudo me entretenía buscando inmuebles con historia que pudiera reconvertir en un hostel o un hotelito a mi gusto. Fue durante una visita a mi Córdoba natal cuando supe gracias a mi hermano del edificio que hoy es Casa Sirfantas, una antigua casa señorial del siglo XVI que perteneció a los Marqueses de Sevilla y donde además se cree que Miguel de Cervantes vivió parte de su infancia (Sirfantas es su nombre en árabe). La casa estaba en mal estado y había muchísimo que hacer, pero vi en ella la oportunidad de poner en práctica las ideas con las que llevaba jugando tanto tiempo.”
Dividido en 6 apartamentos situados en torno a un patio andaluz central y con una capacidad máxima de 20 personas, el edificio mantiene todos los rasgos característicos de la arquitectura tradicional cordobesa. Como nos explica María, la estructura original de la casa se ha respetado casi por completo, conjugando el carácter clásico de la vivienda con todas las comodidades propias de un alojamiento moderno: “Cuando la gente entra en el patio principal, cree que la decoración será rústica, porque esa es la tónica general en esta zona en Córdoba, así que siempre se sorprende. Los apartamentos tienen muy buena iluminación y cuentan con grifería de alta gama en los baños, duchas con efecto lluvia, mobiliario moderno y muy acogedor, Smart TVs e incluso puertos USB en las mesitas de noche. Además, cuido cada detalle, de la calidad de las toallas a las amenities, que son de la marca Rituals.”
Disponer de un negocio así, situado en el corazón de la capital cordobesa, desde donde se pueden recorrer los principales monumentos de la ciudad a pie, es hoy un placer para María, si bien reconoce el camino hasta aquí no estuvo exento de dificultades: “Sin duda, el mayor reto fue abrir y que un mes y medio después empezara la pandemia; llegué a plantearme vender la casa al ver el bajo número de reservas en aquellos primeros meses de 2020. Por suerte, el turismo se reactivó ese mismo verano, y los huéspedes salían tan contentos que me volví a enamorar de la casa y me di cuenta de que lo que tenía entre manos era algo especial ”, dice María con una gran sonrisa. “Cambiar de profesión fue una decisión arriesgada y ha implicado muchos cambios en mi vida a lo largo de los tres últimos años, pero no me arrepiento en absoluto: he aprendido muchas cosas, y tratar con tantas personas nuevas a diario resulta muy enriquecedor.”
Ahora María piensa en seguir mejorando las instalaciones —un edificio del siglo XVI siempre necesita pequeñas reformas—, conseguir que los apartamentos sean aún más cómodos y los huéspedes se sientan “como en casa”, e implementar algunas soluciones tecnológicas que permitan una comunicación más rápida y eficiente durante los procesos de check-in y check-out. “En estos primeros años, hemos realizado eventos para promocionar marcas cordobesas o para ayudar a volver a verse bien a personas que han sufrido un cáncer, y este es un aspecto que queremos seguir desarrollando”, indica María. “Me gustaría seguir siendo un referente en Córdoba y que se nos viera como algo más que un simple alojamiento. Ahora estamos ultimando los detalles para vender nuestro propio aceite de oliva virgen extra procedente del cercano municipio de Baena y preparando un desfile de moda flamenca de cara a la feria de mayo. También vamos a empezar a vender nuestro propio vino, de forma que las personas que nos visiten se puedan llevar a casa un pedacito de Córdoba. En Casa Sirfantas hay espacio para todo.”
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: Paloma Gómez
"NUESTRO COMPROMISO ES RESPETAR LA HISTORIA DEL BARRIO DE LA JUDERÍA Y DAR A CONOCER LA CIUDAD SIN DAÑAR SU IMAGEN, APOSTANDO POR LO LOCAL Y POR LA CALIDAD PARA QUE LA GENTE QUE NOS VISITE SE QUEDE CON GANAS DE MÁS."
L levar a cabo un cambio de profesión y apostar por un proyecto personal puede ser difícil, pero si se aúnan pasión y trabajo duro, los frutos del esfuerzo realizado resultan enormemente gratificantes. María, la persona detrás de Casa Sirfantas, un alojamiento turístico en pleno barrio cordobés de la judería, lo sabe bien; su historia es la de un sueño hecho realidad.
“Casa Sirfantas nació de mi necesidad de cambiar radicalmente de vida y de profesión”, nos cuenta María. “Siempre me gustó viajar y la decoración, y cada vez que me iba de viaje me fijaba mucho en los detalles de los establecimientos en los que me alojaba. Llevaba 11 años viviendo en Madrid, donde trabajaba como abogada y asesora fiscal, y a menudo me entretenía buscando inmuebles con historia que pudiera reconvertir en un hostel o un hotelito a mi gusto. Fue durante una visita a mi Córdoba natal cuando supe gracias a mi hermano del edificio que hoy es Casa Sirfantas, una antigua casa señorial del siglo XVI que perteneció a los Marqueses de Sevilla y donde además se cree que Miguel de Cervantes vivió parte de su infancia (Sirfantas es su nombre en árabe). La casa estaba en mal estado y había muchísimo que hacer, pero vi en ella la oportunidad de poner en práctica las ideas con las que llevaba jugando tanto tiempo.”
Dividido en 6 apartamentos situados en torno a un patio andaluz central y con una capacidad máxima de 20 personas, el edificio mantiene todos los rasgos característicos de la arquitectura tradicional cordobesa. Como nos explica María, la estructura original de la casa se ha respetado casi por completo, conjugando el carácter clásico de la vivienda con todas las comodidades propias de un alojamiento moderno: “Cuando la gente entra en el patio principal, cree que la decoración será rústica, porque esa es la tónica general en esta zona en Córdoba, así que siempre se sorprende. Los apartamentos tienen muy buena iluminación y cuentan con grifería de alta gama en los baños, duchas con efecto lluvia, mobiliario moderno y muy acogedor, Smart TVs e incluso puertos USB en las mesitas de noche. Además, cuido cada detalle, de la calidad de las toallas a las amenities, que son de la marca Rituals.”
Disponer de un negocio así, situado en el corazón de la capital cordobesa, desde donde se pueden recorrer los principales monumentos de la ciudad a pie, es hoy un placer para María, si bien reconoce el camino hasta aquí no estuvo exento de dificultades: “Sin duda, el mayor reto fue abrir y que un mes y medio después empezara la pandemia; llegué a plantearme vender la casa al ver el bajo número de reservas en aquellos primeros meses de 2020. Por suerte, el turismo se reactivó ese mismo verano, y los huéspedes salían tan contentos que me volví a enamorar de la casa y me di cuenta de que lo que tenía entre manos era algo especial ”, dice María con una gran sonrisa. “Cambiar de profesión fue una decisión arriesgada y ha implicado muchos cambios en mi vida a lo largo de los tres últimos años, pero no me arrepiento en absoluto: he aprendido muchas cosas, y tratar con tantas personas nuevas a diario resulta muy enriquecedor.”
Ahora María piensa en seguir mejorando las instalaciones —un edificio del siglo XVI siempre necesita pequeñas reformas—, conseguir que los apartamentos sean aún más cómodos y los huéspedes se sientan “como en casa”, e implementar algunas soluciones tecnológicas que permitan una comunicación más rápida y eficiente durante los procesos de check-in y check-out. “En estos primeros años, hemos realizado eventos para promocionar marcas cordobesas o para ayudar a volver a verse bien a personas que han sufrido un cáncer, y este es un aspecto que queremos seguir desarrollando”, indica María. “Me gustaría seguir siendo un referente en Córdoba y que se nos viera como algo más que un simple alojamiento. Ahora estamos ultimando los detalles para vender nuestro propio aceite de oliva virgen extra procedente del cercano municipio de Baena y preparando un desfile de moda flamenca de cara a la feria de mayo. También vamos a empezar a vender nuestro propio vino, de forma que las personas que nos visiten se puedan llevar a casa un pedacito de Córdoba. En Casa Sirfantas hay espacio para todo.”
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: Paloma Gómez